Mensajeros
Por María Eugenia Mendoza Arrubarrena
En lugares lejanos dos mujeres despertaron al mismo tiempo.
La primera se asomó a la ventana, miró el limpio cielo de media noche justo para descubrir el espectáculo único de una estrella fugaz.
Se sintió una con el universo.
Deseó compartir ese momento mágico con su hija, quien estaba al otro lado del océano, pero para no perturbar su sueño, se dirigió a su mesa de noche y comenzó a escribir una carta.
La otra también se asomó a la ventana y descubrió con los primeros rayos del amanecer un hermoso colibrí revoloteando entre las flores de su balcón.
Se supo una con la naturaleza.
Necesitaba describirle a su madre la escena pues no todos los días comienzan así. No lo pensó mucho tomó el teléfono y marcó el número de casa.
Publicado el 9 de mayo de 2010, en el blog "Aldea de las Letras" y en la revista Horizonte Literario Contemporáneo (julio-agosto 2010)
Publicado el 9 de mayo de 2010, en el blog "Aldea de las Letras" y en la revista Horizonte Literario Contemporáneo (julio-agosto 2010)
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